Rajab Al Ghanem recuerda que, junto con los accidentes de tráfico y laborales, las zambullidas son causantes de la mayoría de ellas

El especialista en Neurocirugía ofrece una serie de consejos útiles para extremar la precaución en zonas de baño

Los especialistas de la Unidad de Neurocirugía del Hospital Universitario de Jaén advierten del riesgo de lesiones medulares en personas jóvenes por zambullidas, sobre todo en piscinas, ríos o en el mar, durante el verano, y también en episodios que pueden producirse en otros lugares, debido a traumatismos por caídas al caminar, al practicar deporte o en personas mayores, que pueden sufrir trastornos de la marcha o derivadas de enfermedades degenerativas.

En concreto, los accidentes de tráfico, las caídas por accidentes laborales o casuales, y las zambullidas durante el verano son las causas más comunes. Y de ellas, las lesiones medulares por zambullidas en el mar o la piscina son unas de las más graves con las que se encuentran los especialistas de Neurocirugía. Las zambullidas provocan fracturas de la columna vertebral que pueden ocasionar lesión medular.

Rajab Al Ghanem explica que esto se debe a que “este tipo de traumatismo produce una fractura en la columna cervical que va a ser la causante de la lesión medular y habitualmente en un nivel muy alto de la columna, lo que propicia que se dé una tetraplejia”.

En este sentido, el especialista en Neurocirugía del Hospital Universitario de Jaén señala que “cada año, en el Hospital, podemos atender entre dos y tres casos que pueden terminar con la muerte del paciente o con o lesiones graves que limitan la movilidad y la calidad de vida de los adultos”. En este sentido, incide en que suponen alrededor de un 5% de las causas de lesiones medulares en nuestro país.

Como medidas de precaución, es recomendable conocer la profundidad de una piscina, un río o el mar, sobre todo en relación con la altura desde la que uno se lanza, evitar hacerlo en aguas turbias, puesto que nos podemos encontrar con rocas o bancos de arena que a simple vista no se aprecien”, subraya el especialista del Hospital Universitario de Jaén.

Hay que zambullirse con los brazos extendidos por delante de la cabeza, de manera que sirvan de protección en caso de choque” matiza Al Ghanem, para añadir a continuación que “por supuesto, hay que cumplir con todas las normas de seguridad y señalización existentes para realizar un baño seguro”.

Consejos para extremar la precaución en verano

Al igual que en el caso de los menores, siempre que se produzca este tipo de accidente es muy importante no movilizar el cuello de la víctima, evitar movimientos de la columna y avisar al 112.

Junto a ello, hay que tener preocacución para evitar los ahogamientos, que pueden producirse en piscinas privadas o de comunidades, bañeras o piscinas de plásticos. Para ello, es preciso una supervisión estrecha, la colocación de barreras de seguridad en estos espacios, y que los menores aprendan a nadar cuanto antes porque además así aprenden los límites o cuidados en el agua. Además, es importante el uso de dispositivos de flotación homologados junto a la supervisión. El flotador no exime de seguir vigilando a los niños ya que existe riesgo de vuelco o mal uso.

El que la población conozca las maniobras de reanimación cardiopulmonar también ayuda a mitigar los efectos del ahogamiento. Para ello, hay que sacar del agua al menor inmediatamente, comprobar si respira, si está consciente, y avisar a los servicios de emergencia a través del 112 para que acudan al lugar. Colocar al menor en posición fetal, iniciar las maniobras de reanimación y cuidar que los niños no pierdan el calor corporal serían los siguientes pasos para aquellas personas que están instruidas en estos cursos.

Otros riesgos por las altas temperaturas

Rajab Al Ghanem detalla que la Organziaicón Mundial de la Salud (Oms) “recomienda para los adultos bien la práctica de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica o moderada, 75 minutos de actividad física vigorosa o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas”, recordando que “el ejercicio fortalece la musculatura paravertebral, contribuye a la estabilidad de la columna vertebral y a aliviar el dolor de espalda”.

El neurocirujano del Hospital de Jaén insiste en que el calor predominante en estas fechas y los efectos, en ocasiones, de la propia digestión, pueden influir en que se produzcan caídas durante un paseo por la calle, en los juegos de niños o en la práctica deportiva, especialmente en la actividad ciclista, por lo que hace un llamamiento a extremar las precauciones “sea cual sea la actividad física que se esté llevando a cabo”.