Profesionales del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Jaén han desarrollado una jornada formativa destinada a enfermeros y médicos especialistas y de Atención Primaria del Distrito Sanitario Jaén-Jaén Sur, con el objetivo de unificar criterios, fomentar la comunicación interniveles y, con ello, ofrecer la mejor asistencia posible a pacientes con disfagia orofaríngea.
Durante el encuentro, desarrollado en el centro de salud ‘Bulevar’ de la capital jienense, se han abordado los fundamentos clínicos de la disfagia orofaríngea, como el cribado de la disfagia o el cribado nutricional, los cuidados de Enfermería en el paciente, incluyendo la exploración clínica y rehabilitación deglutoria, a cargo de Macarena Moreno, médico especialista en Endocrinología y Nutrición; y los enfermeros Francisco Pereira Becerra y Ana Isabel González Alguacil.
La disfagia es la dificultad en el trasporte de los alimentos desde la boca hasta el esófago, debido a una sensación de molestia o de interrupción del tránsito. Estos trastornos repercuten sobre la nutrición y la hidratación, pudiendo producir broncoaspiraciones que pueden llegar a comprometer el aparato respiratorio con infecciones y neumopatías de diferente severidad. La tos durante las comidas, suele ser una señal de alerta.
Este trastorno de la deglución se puede producir como una secuela de una gran variedad de enfermedades agudas o crónicas y es considerado un factor de mal pronóstico en temas de morbilidad y recuperación funcional. La necesidad de asegurar una nutrición satisfactoria salvaguardando la función respiratoria, dificulta su tratamiento. Por este motivo, los trastornos de deglución exigen un abordaje multidisciplinar, con médicos de diferentes especialidades, logopedas, nutricionistas, enfermeras e incluso asistentes sociales.
El perfil de nuestros pacientes, edad avanzada y pluripatológicos los hace especialmente propensos a sufrir estos trastornos en la deglución que merman considerablemente su calidad de vida e incluso pueden llegar a comprometerla. Más del 40% de los pacientes ancianos padecen disfagia, pero también destaca la prevalencia en pacientes que han sufrido accidentes cerebrovasculares o que han debido ser traqueotomizados en las UCI.