El servicio de Estomaterapia del Hospital Universitario de Jaén ha incorporado una nueva mejora en la atención a pacientes con ostomía, al crear un aseo de uso exclusivo para realizar técnicas de irrigación junto a los pacientes ostomizados, o con problemas de continencia.
“Anteriormente, era necesario un ingreso hospitalario para disponer de aseo y poder realizar estas técnicas, en la actual situación frente al covid, se requería además, PCR previa para ingreso, algo que, a partir de ahora, queda resuelto con esta nueva sala”, ha indicado la enfermera especialista Isabel Jiménez.
Los distintos tipos de irrigaciones que se realizan mejoran de forma importante la calidad de la asistencia. La preparación del tramo intestinal en desuso para pruebas endoscópicas, evita su duplicidad, por mala preparación intestinal y dificultad de acceso, asimismo mejora el resultado de la reconexión con una recuperación más temprana, menos días de ingreso hospitalario, y con menos síntomas como diarrea o distensión abdominal.
La irrigaciones como método de continencia están plenamente avaladas por estudios y literatura científica, para mejorar de forma notable la calidad de vida de las personas afectadas por incontinencia fecal. “Poder realizar irrigaciones por colostomía garantiza a estas personas poder llevar una vida sin conexión permanente a una bolsa colectora, con el resultado de mejora en la autoestima, imagen corporal y autonomía en su actividad habitual”, ha enfatizado Jiménez. “Para personas no ostomizadas que padecen incontinencia fecal, es prácticamente inviable llevar una vida normal, las fugas generan mal olor, inseguridad y la necesidad de estar permanentemente cerca de un aseo, las irrigaciones transanales mejoran la continencia y permiten a las personas realizar actividades de la vida diaria y socializar de forma normal”.
El Hospital Universitario de Jaén cuenta con una enfermera estomaterapeuta a tiempo completo, que trata de forma integral a pacientes con estomas digestivos de eliminación y colabora en el seguimiento de las personas con estomas urinarios. De hecho, desde su incorporación, el centro ha incrementado la asistencia y seguimiento a estos usuarios en un 61% en relación a la actividad realizada con anterioridad.
“Esto supone una importante mejora en la asistencia a estas personas, ya que, hasta ahora, contaban con un día de consulta semanal para atender primeras visitas tras el alta y complicaciones asociadas al estoma”, ha indicado la enfermera responsable, Isabel Jiménez.
Incremento de servicios y mejora asistencial
El pasado año, a través de esta consulta, se realizaron 853 intervenciones a estos usuarios, entre ellos 167 consultas de primeras visitas, 474 actos de seguimiento y 151 ingresos. Junto a ello, desde el mes el octubre, se ha incorporado la urostomía de forma continuada en la asistencia a los pacientes que asisten a la consulta.
Un estoma es un orificio en la piel, natural o artificialmente adquirido mediante cirugía, que comunica un órgano o cavidad y el exterior. Existen estomas con distintas funciones según el aparato para el que se creen, pueden ser: respiratorios, digestivos (de nutrición o eliminación) o urinarios y, dependiendo del órgano o parte corporal que se exterioriza tiene diferentes denominaciones (traqueostomía, colostomía, ileostomía, urostomía).
La patología asociada a la creación de un estoma es muy diversa y puede ocurrir en cualquier etapa de la vida, siendo el cáncer colorrectal la principal causa, aunque también puede ser necesario para la resolución de procesos de enfermedades inflamatorias, como el Crohn, o la colitis ulcerosa, traumas intestinales, obstrucciones, e incluso patología pediátrica como malformaciones anorrectales. Con toda esta patología creciente, la cantidad de personas con ostomía es cada vez mayor, con edades distintas y necesidades de cuidados diferentes.
La necesidad de realizar un estoma, como parte del proceso terapéutico, supone la alteración de una función vital, en este caso la evacuación de deshechos, que va a afectar a la persona en su vida cotidiana y puede suponer, en muchos casos un bloqueo y una negación al tratamiento quirúrgico. Disponer de un profesional especializado que conozca las necesidades de cuidados de forma integral, cuidando aspectos físicos, psicológicos y sociales, del paciente portador de ostomía y su entorno, es esencial.
“El Hospital de Jaén dispone de una enfermera estomaterapeuta, cuya actuación mejorará la calidad de vida las personas que tienen ostomía, y de su familia, acompañándolas en su proceso, tanto en la etapa prequirúrgica, durante la hospitalización como posteriormente, desde consultas externas, tras el alta hospitalaria. Servirá así, de soporte durante la vivencia de la ostomía y su proceso adaptativo, y supone un salto cualitativo para mejorar la asistencia a estas personas”, ha enfatizado Javier La Rosa.
Proceso de atención
La enfermera estomaterapeuta toma contacto con el paciente, siempre que sea posible, antes de la intervención, y comienza, tras una valoración integral, a dar apoyo psicológico y seguridad con informaciones precisas e intervenciones dirigidas a la preparación previa a la cirugía (dieta, medicación…). Igualmente, lleva a cabo un seguimiento hospitalario dando apoyo tanto a la enfermera referente en cirugía, como al resto del equipo que se encarga del seguimiento del paciente.
Sumada a su labor asistencial y refuerzo en los cuidados del paciente, que ha recibido una ostomía, la enfermera estomaterapeuta tiene labor docente, ofrece formación en cuidados y pautas sobre ostomías, además de para paciente y cuidadores, a otros profesionales, estudiantes de enfermería, enfermeras de otras unidades, o incluso médicos residentes que en su ejercicio profesional, tendrán que atender personas con ostomía.
Además, realiza registro y recogida de información para llevar a cabo labores de investigación que mejoren la calidad de los cuidados a las personas con ostomía y su entorno.
De las intervenciones que realiza la enfermera estomaterapeuta una de las que se ha demostrado, que tiene mayor repercusión en la calidad de vida de la persona con una ostomía, es el marcado previo de la ubicación del estoma en el abdomen, con el fin de conseguir una correcta adhesión de la bolsa que recogerá los deshechos y evitar fugas que causan problemas de piel y de inseguridad. Otra intervención que lleva a cabo son las irrigaciones como método de continencia, en cierto tipo de colostomías y según características del paciente se pueden realizar irrigaciones periódicas como método de continencia y con la colocación de un obturador será suficiente para evitar salida de heces, esta técnica la adquiere el paciente adiestrado por la enfermera estomaterapeuta y acompañado por la misma hasta adquirir la habilidad necesaria para su manejo.
Se efectuará colaboración y coordinación con otras disciplinas que forman parte del cuidado de la persona con ostomía (Digestivo. Nutrición, Oncología, Urología), como parte del equipo multidisciplinar que atiende al paciente y con Atención Primaria en todo momento del proceso, para evitar errores por desconexión interniveles.
Baños adaptados
La consejería de Salud y Familias ha creado de 21 baños adaptados a pacientes con ostomía, con una inversión de 150.000 euros. De esta manera, estos baños cuentan con accesorios como lavabo dentro del propio aseo, una superficie para el material preciso para el cambio de la bolsa de ostomías, un espejo de mayor tamaño, punto de agua con ducha, grifo de tipo gerontológico, colgador para disposición de bolsa de irrigación o similar, o un contenedor donde desechar la bolsa que se han retirado, en caso necesario.
Esta mejora se enmarca dentro del Plan de Accesibilidad en nuestros centros sanitarios, en el que se prevé la adaptación de sus infraestructuras en función de la diversidad funcional, orgánica y sensorial de los usuarios. Así los baños tienen un uso universal, ya que están preparados para el uso de cualquier paciente con algún tipo de limitación.
Las instalaciones realizadas suponen un gran avance para estos pacientes que, debido a la ubicación de su estoma, a la altura del abdomen, para vaciar la bolsa con residuos (heces u orina) tienen gran dificultad para hacerlo en un inodoro convencional, muchos pacientes mayores no pueden agacharse y tienen riesgo de salpicaduras desagradables. La adaptación del inodoro, disponer de un espejo, un grifo extensible, una superficie para los dispositivos, facilitará sus necesidades para vaciar o cambiar la bolsa y permitirá un uso adecuado e higiénico de las instalaciones.