El servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Jaén detecta 25 tumores de tiroides al año. Este tipo de cáncer, cuyo día mundial se conmemora cada 24 de septiembre, se desarrolla sobre la glándula tiroidea, y se caracteriza por tener muy buen pronóstico y resultado tras su tratamiento.
El diagnóstico suele hacerse tras aparecer un bulto en el cuello, de ahí la importancia de advertir dolor o hinchazón en la zona para actuar lo antes posible. “Una vez visto el nódulo, se realiza una ecografía para identificar si es preciso otras pruebas diagnósticas como la biopsia para su análisis y posterior cirugía, en caso de ser necesario, lo que conlleva un tratamiento con hormonas tiroideas, y un tipo específico de yodo para eliminar cualquier posible resto tras la intervención”, ha indicado la especialista en Endocrinología del Hospital Universitario de Jaén, Carolina Sánchez Malo.
“El paciente continuará en seguimiento a través de los servicios de Endocrinología, y realizándose analíticas, ya que la glándula tiroidea produce hormonas que regulan el ritmo cardíaco, la presión arterial, la temperatura corporal o el peso, de ahí la importancia de controlar al paciente para comprobar que los índices son adecuados”, ha enfatizado.
El cáncer de tiroides es el séptimo tumor más prevalente en mujeres en España y Estados Unidos, con una incidencia estimada para este año 2021 entre 5.200 y 5.700 casos, representando aproximadamente el 10% de todos los casos de cáncer en nuestro país, según los datos recogidos por la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN).
Las mujeres tienen tres veces más probabilidades de tener cáncer de tiroides que los hombres (17% para mujeres y 5% para varones), mientras que la supervivencia observada o probabilidad de seguir vivos tras un tiempo dado desde el diagnóstico, en ausencia de otras causas de muerte, es alta para ambos sexos (90-95%) aunque, en general, los hombres tienen un peor pronóstico que las mujeres cuando hay un diagnóstico de cáncer de tiroides.
Cabe reseñar que existe una importante variabilidad en este tipo de tumores. La tasa de supervivencia a cinco años es casi 100% para los cánceres papilares y foliculares, y 85% para carcinomas medulares de tiroides localizados. En el peor de los casos como es el cáncer anaplásico de tiroides, la tasa de supervivencia a cinco años disminuye hasta el 30%. En base a esto, cada uno de estos tumores necesita un diferente enfoque diagnóstico, tratamiento y pronóstico.